domingo, 4 de febrero de 2007

¡Cariño, he encogido el mundo!


Opéra Garnier, París.

Este nuevo "vicio" que he cogido de la fotografía me está permitiendo conocer nuevas técnicas de deformar la realidad, o al menos de cambiarla de aspecto, eliminar de ella las cosas que no me gustan y destacar aquellas que sí me gustan. Y la fotografía digital es el mejor invento que hay para ello, ya que una modesta inversión y unos pocos conocimientos son suficientes para convertirse en un maestro del "engaño".

A estas alturas, todo el mundo ya sabe lo que es Photoshop (o Fotochó), aunque no sepan distinguir un ordenador de una caja registradora. Como mínimo saben que sirve para retocar cosas, sobre todo aquellas que hacen referencia a portadas de revistas.

Yo era enemigo de retocar nada. De hecho me he metido en la fotografía gracias a la digital, pero pensando como en química, o sea "eso es lo que ha salido, pues así será", y como mucho borraba las fotos que yo consideraba malas y mejoraba enfoque, contraste, iluminación y balance en aquellas que quería conservar pero tenían algún defecto.

Cierto día descubrí en Flickr unas fotos que me llamaron la atención por lo fantasmagórico e irreal de su luces y colores, pero sin llegar a ser exageradas. Se trataba del HDR (High Dynamic Range), que consiste en tomar una foto con distintas exposiciones y luego sumarlas y aplicarles un determinado algoritmo de mapeo de tono, con lo que se consigue igualar los tonos. O sea, oscurecer zonas sobreexpuestas e iluminar las subexpuestas. Ideal para contraluces no deseados.
Chalet de los Riera
HDR (Chalet de los Riera, Cangas de Onís, Asturias).
Dado que mi cámara es muy modesta para llevar a cabo esta técnica con éxito, me llevé una gran alegría cuando descubrí que era posible un efecto parecido a partir de una única toma. Gracias a ello rescaté muchas fotos oscuras que no conseguía arreglar de la maner tradicional, y también obtuve buenos resultados con fotos buenas, al darles un aspecto diferente, como más de "pintura".

Al poco descubrí otras fotos que transmitían una atmósfera como de cuento, de sueño... Unos bordes entre brillantes y difuminados. Es difícil de explicar. Se trataba del efecto Orton, que consiste en tener 2 copias de una misma imagen, una muy enfocada y la otra muy desenfocada, y multiplicar ambas. Esto también me ha permitido rescatar otras fotos muy borrosas, imposibles de reparar, y a dar otro aire a algunas fotos ya de por sí buenas.
La Laiterie de propreté (revised)
Orton (La Laiterie de propreté, Versailles, Francia).
Además, este efecto combina muy bien con el HDR.
Butrón castle
HDR + Orton (Castillo de Butrón, Bizkaia, Euskadi).

Y finalmente, mi nuevo juguete, el método tilt-shift, efecto miniatura o model Effect (también fake DoF). Consiste en retocar imágenes reales para que parezcan maquetas, miniaturas. Básicamente es subir contraste y saturación, aplicar un desenfoque gaussiano en los planos que no queramos destacar, y aplicar un filtro de suavizado de superficies respetando contornos. Este método me está sirviendo para rescatar otras fotos que tenían demasiadas cosas que distraían (personas, coches, farolas, árboles, etc.), y la verdad es que lo estoy aplicando a muchas fotos.
Holy cave
Tilt-shift (Cueva Santa, Covadonga, Asturias).

De pequeño siempre me han gustado las minituras, ya sea en maquetas, juguetes, dioramas... pero tener tantas como quería hubiera sido muy caro y tampoco tenía el espacio suficiente. Ahora por fín lo he conseguido, y puedo conseguir miniaturas de todo aquello que se me antoje, hasta de alguien tan grande como el mismísimo Michael Schumacher.
Der Kaiser
Tilt-shift (Der Kaiser, Montmeló, Catalunya).

Hasta la próxima.